Cuando se elige un online casino sin licencia, el usuario renuncia, en muchos casos sin saberlo, a sus derechos como consumidor. Las probabilidades de sufrir estafas, problemas con los pagos o el uso indebido de los datos personales aumentan considerablemente. Además, estos sitios suelen carecer de medidas que promuevan el juego responsable, exponiendo a los jugadores a posibles daños emocionales y económicos.
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